28 abril 2009

Añoro mi nave invasora

Me he descubierto leyendo y releyendo este poema antes de entrar en una clase:

Si sólo fuera porque a todas horas
tu cerebro se funde con el mío;
si sólo fuera porque mi vacío
lo llenas con tus naves invasoras.

Si sólo fuera porque me enamoras
a golpe de sonámbulo extravío;
si sólo fuera porque en ti confío,
princesa de galácticas auroras.

Si sólo fuera porque tú me quieres
y yo te quiero a ti, y en nada creo
que no sea el amor con que me hieres...

Pero es que hay, además, esa mirada
con que premian tus ojos mi deseo,
y tu cuerpo de reina esclavizada.

Luis Alberto de Cuenca parece que no deja de resultarme de lo más "pop". Creo que junto a otro poema que nunca revelaré, pocas cosas me han llegado tanto. Describe en etapas varias cosas importantes de los sentimientos del ser humano. Algo tan comercial y masivo como La guerra de las galaxias resulta de lo más directo al corazón y siempre dispuesto a hacer diana. Únicamente hace falta saber disponer las palabras de modo que la punta de la flecha haga blanco, un impacto limpio, una invasión violenta pero certera, inesperada a la par que ciega, dolorosa e instantes después placentera. Es como descubrir un lado masoquista, algo que nos estaba vedado, un terreno inexplorado que por clichés o prejuicios abandonamos a su suerte en el cajón de lo censurado, no apto, inapropiado, asquerosamente pasajero.

La primera estrofa ya pasó. La segunda la tengo clara...la cuarta, llegar a la cuarta me hace desear más que nunca ser Leia, enfrentarme al lado oscuro, reclamar ese estatus de musa. Sólo las musas viven para siempre...

Esto es ... , quien lo probó lo sabe.