21 agosto 2008

La tristeza del Aviador

Ayer sucedió algo que no debería suceder.
Un accidente aéreo mortal que ha causado una auténtica masacre. Según los datos que he leído son 153 muertos...y yo estimo que unas 153 familias destrozadas. Perder a un ser querido es horroroso (aún más en estas circunstancias).
Las pérdidas me han solidarizado mucho con los demás, especialmente con el dolor de los demás. Volar no debería ser eso...deberían haber podido volar.

Próximo vuelo mañana. Barajas. T4...

Desde ayer la sensación es muy extraña.

Saludos desde tierra.

Más elocuente que mis palabras es esta canción de un grupo que amo profundamente: "¿Qué nos va a pasar?" (La Buena Vida).



Nos vemos a la vuelta...

09 agosto 2008

Un nuevo vuelo...TODAS LAS ESTRELLAS

El día 7 de agosto Parade actuó en el ciclo de cine y conciertos Nocturama. Es de agradecer que un señor como Antonio Galvañ sea invitado para una noche especial. Su concierto estaba dividido en dos partes. En la primera revisaba algunas de las canciones que más le han influido como músico y compositor. Fue desgranando y presentando cada una de las canciones que iba a tocar, presentándolas al público y en alguna ocasión tratando de que interactuara con él: Espanto (ni idea de quienes son) o Vainica Doble salieron a relucir... La segunda parte incluyó más canciones suyas, de diferentes álbumes y con el objetivo de saciar el apetito de aquellos que habían ido a ver y escuchar sus canciones: Juan Metralla, Flora Rosbrobruno, Todas las estrellas, El último hombre vivo, Cuando besó a la cosa del pantano, No connections...

Aparte de esas canciones, entre la cual esperaba Miskatonik Universidad y no la cantó, hubo una que esperaba como agua de mayo: Como un aviador, de Family, que da nombre a este blog y que supuso uno de los momentos más especiales para mí. Completamente abstraído y el vello de punta.

Más de una vez te he querido abrazar
Por temor a perderte después
Suelo pensar en aquel aviador
Que no pudo evitar el volcán

Desde que el cielo amenaza llover
El aviador sobrevuela el mismo peligro
Y ayer al oírte llorar
Me acordé del calor de la casa de invierno

Los días pasan en alas del buen aviador

Le debo tanto a esta canción...

Mi vida entre salvajes

Un viejo que leía novelas de amor es una novela que se me ha cruzado en mi camino como lector decenas de veces. Siempre, a pesar de las buenas críticas, he rehusado leerla. Por hache o por be siempre he encontrado una mejor opción. Lo compré para un regalo que nunca llegué a dar y me daba cierta vergüenza verlo pulular por casa sin que se le dedicara la más mínima atención al libro.

Su autor, Luis Sepúlveda, un ecologísta convencido (dedica el libro a Chico Mendes, defensor de la amazonía), nos adentra en la selva, un lugar llamado El Idilio, más abajo del Caribe y muy cercano al Amazonas y su selva.

Nos cuenta la historia de José Antonio Bolívar, un viejo que huyó de la civilización y sus convenciones para vivir en la selva con su mujer. Su mujer, después de un peregrinaje y diversos intentos por adaptarse al nuevo estilo de vida y asentarse en la selva, muere por unas fiebres imposibles de curar. Deja a su esposo enfermo de amor, añoranza y con la firme convicción de que volver al núcleo "civilizado" resultaría un error garrafal. Esa imposibilidad de escapar de un determinado lugar viene dada por el hecho de que la selva ya forma parte de él, de su identidad. Encuentra su lugar, lo cual determina que en cualquier otro es un extranjero. El protagonista menciona en dos ocasiones "...durante el día la vida es el hombre y la selva, ambos se distinguen, por la noche todo es selva...".

Estas frases me han hecho pensar en los inicios de la literatura de los países hispanoamericanos, que durante el S.XX se incorporaron a una manera autónoma de ver el mundo y tratar de poner puntos sobre ciertas íes. La literatura era indispensable para sellar culturalmente qué estaba pasando, cómo vivían...y cuál era su punto de vista respecto al conquistador. Así, novelas como La Vorágine de José Eustasio Rivera, Raza de bronce de Alcides Arguedas o Doña Barbara, de Rómulo Gallegos (entre muchos otros) incidían en esa imagen, contraria a la que el conquistador había dado de los salvajes. En estas obras ellos toman la voz y ofrecen su visión del mundo, totalmente distinta a la difundida por el colinizador (civilizado). La novela de Sepúlveda actúa como espejo y trata de devolverle el reflejo al hombre "civilizado", quien por sonrojante que sea el reflejo actúa de manera implacable.

Tengamos en cuenta que en ocasiones hablamos de Latinoamérica como si fuese un todo, olvidando que hay paises diferentes, con culturas diversas y maneras opuestas de entender la vida. Puntos en común hay muchos, para empezar la lengua (obviamos el factor indígena, claro). Y precisamente esta historia va de eso: el indígena frente al hombre occidental (civilizado, supuestamente): la civilización frente a la barbarie. Resulta curioso que para los occidentales los indígenas siempre resultaron ser unos bárbaros, con costumbres absolutamente reprobables...y la realidad resultó ser otra bien distinta: el hombre blanco se impuso al indígena, de hecho le impuso su cultura, su lengua, sus costumbres y aniquiló lo que ya tenían.

Visto así ¿quién fue más barbaro: el conquistador o el conquistado?

A pesar de todo, la novela mira con recelo el pasado y lo pone de manifiesto reclamando que aquellos tiempos de conquista colombina resultan lejanos, pero el esquema es algo muy presente. Ahora, la conquista está acabando con ésto: la selva...


04 agosto 2008

Mensajes ocultos...

Si eres un hombre y compras tu propia ropa interior te habrás dado cuenta de que de un tiempo a esta parte sucede algo muy curioso con la ropa interior masculina. Los estampados de los calzoncillos (slips, boxers ajustados, sueltos...) tienen siempre una gran cantidad de mensajes, tipo grafiti, que rellenan toda la tela. En ocasiones este relleno se adapta al bulto en donde va colocado el paquete (se presupone un estado de relajación) , de modo que la ilustración en concreto se vea realzada por el insigne bulto.

Tengo una teoría. Existe un logo que pasada la mitad de los noventa se hizo muy popular: "the man, the legend"



Este mensaje hizo que los "creativos" diseñadores se dieran cuenta de que existía una prenda que se compraba compulsivamente, pero que no estaba a la vista. Era importante priorizar su diseño para potenciar su éxito y, como reza la leyenda del logo mencionado, había que asociarlo a un valor en alza para el hombe (la leyenda, su propia leyenda). La leyenda radica en potenciar un atractivo oculto (y subjetivo) a través de un calzoncillo: la masculinidad.

Los hay de numerosos tipos, pero lo grande de todo esto es que te puedes encontrar inscripciones en los calzoncillos que son mapas (¿buscamos un tesoro?), reivindicaciones de la marca (el logo de la empresa que los comercializa), combinación de colores imposibles, tejidos mezclados hasta lo extenuante y un largo etcétera de posibilidades que ha hecho que a estas alturas el diseño de esta prenda se haya ido de las manos a toda empresa de ropa interior.

En la época del "Wonderbra" no había espacio para otro tipo de ropa interior, pero sí se desarrolló una guerra silenciosa que se expandió: los mensajes en la ropa interior masculina. La culpa de que esa expansión casi vírica del diseño de ropa interior masculina (y femenina) con mensaje vino acrecentada por el asentamiento comercial de franquicias de poderosos grupos textiles (Inditex, por ejemplo) y demás "emporios" nacionales dedicados a vender ropa "casual".

A este bombardeo también se incorporó el mercadillo, pues los tentáculos del mensajeo interior son ineludibles. Además se terminó de imponer a través de su versión más masiva, en cantidades industriales, y rompiendo todos los moldes del decoro y la moda del momento: el bazar chino.

He aquí una pequeña galería:



Para gustos hay color y cada momento requiere su propia ropa interior. ¿Cuál es la tuya?