09 noviembre 2010

Mejor que nunca

Creo que hay mucha gente sobre la que no he hablado en mi blog y se lo merece. Este caso es uno de ellos. Una cantante a la que raras veces aludo, pero cuando he estado en alguna discoteca y suena aquella vieja versión con la que se hizo famosa en el mundo entero "The loco-motion" me pongo a bailar como un loco.



Corría el año 1994 y Kylie lanzaba un disco con esta portada que la alejaba del "sex appeal" que pretendía mostrar en todas las anteriores. Describen el disco como un disco más maduro y de transición, en el que ella puso más empeño en la voz y cuidado en las letras que seleccionaba. Importa destacar que es a partir de ese momento en el que se le empezará a considerar más como una artista y no como lo que pretendía ser en un primer momento. Iniciada la transición sólo queda lo esperable: el olvido. Ella pasó por una ignorancia discográfica que no paraba de ser considerada como "y esta pesada por qué no para de intentarlo y deja al mundo en paz y se CALLA la boca".

Tras el olvido llega el renacer. Parece obligado para un cantante de gran éxito que cumpla estas etapas: promesa - hundimiento - gran estrella. A partir de este disco podemos considerar que la Minogue puso su pica en Flandes y de ahí ya no hay quien la mueva o se atreva a desconsiderarla como una intérprete de gran magnitud, más asequible que otras pero igual de encantadora. Quizás no sea tan masiva como la todopoderosa Madonna, pero sí goza de mayor simpatía y clase.

Su renacimiento se dice que empezó con "Impossible princess", pero todos empezamos a grabar su nombre a fuego con "Light years" que definitivamente nos trajo canciones como "Spinning around", "On a night like this", "Your disco needs you"... y abría un camino que no daba opción a un paso atrás. Ya no.

A ese disco seguirá otro acierto tanto en los temas elegidos como en la imagen que proyectará. "Can´t get you out of my head", "Fever", "In your eyes", "Come into my world", etc... cristalizaron en el disco "Fever" que marcaba unas directrices claras y rotundas en el enfoque de su música. Puede que muchas la imiten, pero reclamaba su patente.

Avanzamos y de lo más futurista se retrotrae a una diva con valor seguro en su momento y que parece ser la única capaz de emular: BB (la Bardot). La imagen del disco "Body language" es calcada en la melena y la pose a la francesa. Buena idea, buen single: "Slow", sin embargo ya apreciamos el peligro en que el disco es muy regular pero no hay canciones realmente espectaculares, no abundan como en los dos anteriores. Evidenciamos que la fórmula se agota y no es bueno dar al público masivo el mismo perro con distinto collar.

Siguiente paso: "X" y sus singles más destacados: "Wow", "Speakerphone" y, en mi opinión, el mejor "In my arms". Volvemos sobre la senda segura a pesar de que la gente pueda cansarse. A partir de aquí y el parón por un problema de salud que interrumpe su gira y nuevamente a la carga.

Vale, parece un anuncio de colonia (como diría un amigo), pero la canción que hoy hace que Kylie inicie un vuelo nocturno conmigo pertenece a este disco: "Aphrodite" y de este último cedé ni "All the lovers" ni "Closer" me convencen tanto como "Better than today". Os dejo su actuación en la versión británica de "The X factor" y con el aplomo y la convicción con la que una artista debe salir en la tele: impecable, rotunda, luminosa y CON LA LECCIÓN BIEN APRENDIDA. Ojalá tomáramos nota en nuestro país y comprendiéramos que NO todo vale, NO de cualquier forma. Para ser un profesional no sólo hay que SERLO, sino además PARECERLO (quién coño te ha dicho a ti que eso no es importante).