Finalmente lo hice y hubo momentos de verdadera incredulidad ante lo que leía. Es muy curioso como cuando te acercas a un artista (fotógrafo, pintor, escritor, cantante...) desde su obra las cosas se perciben de manera muy distinta a cuando lo haces desde su biografía. Llegué a un punto en que pensé que debería estar prohibido escribir sobre una persona todo lo que ha hecho en su vida...pero lo cierto es que al final entendí que Mapplethorpe estaría muy felíz de que se hablase de él de esa manera (o de cualquier otra con tal de que se hablase).
Pero Nueva York deparaba muchas cosas para alguien con tantos secretos y una personalidad harto adictiva. Se convirtió en el blanco perfecto del mundo más salvaje. Entroncó con la gente más "in", con ricos y aristócratas, con lo más granado del panorama de la clase alta. Le llevó su tiempo, pero consiguió hasta tener un "mecenas". Deseó todo lo que no tuvo (una clase alta) y rompió con su pasado (lo que hacía peligrar su cada vez más cercano "nuevo estatus").
La parte más desagradable de todo ello es que reparas en que el talento de la gente (por abultado que éste sea) NUNCA es suficiente. Hay que querer llegar a ser alguien, hay que desear con todas tus fuerzas la fama y hay que aceptar el peaje que has de pagar por ese idilio con ella.
En este sentido Robert estuvo mucho más dispuesto que su "pareja artística", la Smith, cuya fama se la comió. Mapplethorpe, por su parte, seguía creando con la estrategia en su mente, exposiciones paralelas, temáticas distintas, simetrías de lo más viscerales -que diría Winterson- con todo ese entramado de personajes a los que bailaba el agua con tal de que lo mantuvieran, lo apoyaran, lo empujaran, hablaran de él y lo ayudaran a medrar.
Robert era un trepa, con talento, pero un trepa.
Un fotógrafo, pero un gran fotógrafo.
Las fotos de este "bandolero" de la fotografía me han robado algo y todavía no sé qué es. Debo madurar esta idea y comentarla con la bruja pecosa del norte (si coge el teléfono).
A pesar de todo lo dicho, o quizás precisamente por todo lo mencionado en el post, Robert Mapplethorpe es digno de ser mirado, observado, admirado, detestado, juzgado...y amado.