26 julio 2007

¿Qué nos va a pasar?


Hace poco comentaba con una amiga el problema de verse en una encrucijada laboral. Encrucijada en la que a menudo nos debatimos entre lo que deseamos (por estímulos de toda índole y pelaje) y lo que conseguimos (lo que ofrecen y frecuentemente hay que aceptar por cojones).

Es muy llamativo cómo cuando aceptas un trabajo las promesas que se hacen van rematadas con un discreto "pero", una levísima objeción que las más de las veces se contempla como algo leve y remoto. Es por ello que en ocasiones no alcanzamos a prepararnos para hacer frente a esa pequeña traba. Y es que pesan más otros motivos...

Al rechazar un trabajo para comenzar en otro las dudas se disparan. La vil duda que nos arrastra a no apreciar lo que hemos conseguido, sino lo que hemos perdido. La pesca del salmón en Yemen es una novela que supuso una apuesta muy fuerte por parte de Salamandra (la editorial que se hizo de oro gracias a Harry Potter). Desarrolla la historia de cómo el "capricho" de un jeque árabe por importar salmones salmones ingleses a los ríos de su pequeño país. En su deseo de que ello se lleve a cabo contrata a una economista y un científico piscicultor. Todo el proceso cuenta con un presupuesto ilimitado y una variación actitudinal que va desde la incredulidad científica más radical hasta la fe más mística y ciega.
La novela es entretenida y no da para mucho más. Pero en mis ganas de sacar algo más allá de una lectura de entretenimiento debo remarcar un aspecto que me interesa.

Es cierto que podemos leer libros de mayor calado, pero creo que pecamos de escepticismo y cuidamos muy poco esos sentimientos que hacen que nos movamos (fe) y que ciertamente son de lo más irracionales (por carecer de base científica y palpable).

Concluyo con el tiempo que la fe creo que la profesamos todos, pero la disfrazamos de confianza. No creo que tengamos fe en nosotros, sino que ponemos en marcha un plan de acción -mejor o peor dibujado- hasta llegar a dar forma y color a nuestras aspiraciones. Creer (fe) en que es posible que algo se lleve a cabo lo llamamos confianza y determinación.

La FE supone la "creencia en algo sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia", mientras que la confianza "esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea". ¿Los tomamos como sinónimos?


Cuando a medianoche se escuche
pasar una invisible comparsa
con música maravillosa y grandes voces,
tu suerte que declina, tus obras fracasadas
los planes de tu vida que resultaron errados
no llores vanamente.
Como un hombre preparado desde tiempo atrás,
como un valiente
di tu adiós a Alejandría, que se aleja.
No te engañes
no digas que fue un sueño.
No aceptes tan vanas esperanzas.
Como un hombre preparado desde tiempo atrás,
como un valiente
como corresponde a quien de tal ciudad fue digno
acércate con paso firme a la ventana,
y escucha con emoción -no con lamentos
ni ruegos de débiles- como último placer,
los sones, los maravillosos instrumentos
de la comparsa misteriosa
y di tu adiós a esa Alejandría
que pierdes para siempre.



Siempre me impresionó este poema. No creo que defina mejor el dolor y la resignación de una pérdida. Perdemos cuando elegimos, perdemos sin querer, perdemos queriendo... Perdemos porque también ganamos...


...y siempre hay una brisa de dolor en esas pérdidas.

La cuestión es ¿cuántas Alejandrías puedes perder y aún así seguir viviendo? ¿Cuántas perdemos hasta el día de nuestra muerte?
Kavafis fue un visionario a la hora de medir el tiempo. Llega un momento en el que ganar no cuenta, sino lo que permanece y se mantiene...lo que no pierdes y nunca se gasta.