31 julio 2007

Exorcizando Demonios

Patti Smith fue una de sus inspiraciones más importantes. Cuando Robert estaba más atrapado en sí mismo y no sabía hacia dónde tirar la encontró. Patti era una poetisa y llegaba a un Nueva York en plena ebullición. Ambos tenían caracteres tan distintos como compenetrables. Él era un hombre que entendía cómo debía comportarse para captar algún cliente o un potencial contacto para que su obra saliera adelante. Obviamente a Robert nunca le gustó que sus primeros inicios -collages fotográficos de lo más obvios- fueran tratados como "uno más" por parte de galeristas y marchantes de arte.




Patti, por su parte, era una mujer tremendamente impulsiva y sociópata. Realmente no le gustaba casi nadie de quien tenía alrededor y sentía como una amenaza cualquier indicio de buen rollo entre Robert y cualquier hombre o mujer que se acercase.

Las fotos con ese estilo descuidado y tan a su aire proceden de aquella dilatada etapa en la que ellos coincidieron viviendo en el Hotel Chelsea, que acunaba a todo lo más granado de la modernidad de los 70.

Robert y Patti encajaban como nadie. Estaban enamorados, especialmente ella de él, aunque la verdad estaba todavía por aflorar.



Los primeros recitales de renombre en los que participó la Smith fueron un auténtico fracaso, y ella contribuyó a que así fueran. Los que intercedieron por ella para que apareciese en una sala repleta de lo más selecto del intelectualismo underground del momento no pudieron más que enrojecer de vergüenza cuando escuchaban a la nena con aquellos graznidos de versos sin sentido e inconexos.

Poco a poco Patti fue convirtiéndose en musa-fetiche con la que Mapplethorpe experimentaba. Llegaba a estar verdaderamente agobiada con Robert siempre danzando por la casa, o en cualquier parte, cámara en mano asediándola a fotos.



Además de servir de objetivo visual para el fotógrafo, fue encauzando su carrera poética hacia la música. Tomando el texto como pilar principal, incorporó música gracias a los contactos que hacía en la noche neoyorkina. Muchos de sus "ligues" eran cantantes o instrumentistas de algún grupejo del momento.

Según ella, se atravesaba un buen momento musical gracias al "punk", dado que todo cabía en ese estilo.

Y llegó su primer éxito y con él una mítica foto de Robert:


Esta foto hacía de imagen del primer álbum de Patti Smith: "Horses". La compañía de discos estuvo al borde del colapso cuando le presentaron esta foto. Imagen que, según su compañía de discos, sugería una cierta ambigüedad sexual, con el pelo revuelto, completamente desaliñada y un incipiente bigote. Multitud de publicistas afines a la discográfica propusieron retoques e incluso alternativas para la portada...Todo fue en vano. Patti vió en esta foto la portada de su primer disco y no iba a permitir que el trabajo de Robert no fuera admirado.

Creo que Patti Smith no deja de ser algo contemporáneo, actual.

Ella hace que nos vuelva una brisa de Rimbaud, que regrese a nosotros un simbolismo delicioso que sólo se comprende cuando se conoce a la artista, su vida. Es una delicia explorar esa clave encriptada que poseen grandes artistas. La clave de su obra literaria más biográfica Babel se entiende a través de su vida. Todo tiene un sentido.

Babel es un manojo de artículos y divagaciones escritas por la Smith durante una convalecencia de meses. Cuando salía de gira con uno de sus discos más fracasados empezó a dar tumbos en el escenario, a escenificar un sacrificio, a hacer de su actuación un ritual…Tanto danzó que perdió el equilibrio y una aparatosa caída la postró durante meses en la cama. Pasó la convalecencia en el apartamento con Mapplethorpe. Fue en ese momento cuando comenzó a dar forma a ese cúmulo de estados de ánimo, desvaríos, aciertos, sinsentidos, crucigramas, pajas mentales derramadas sobre ese papel…

Patti será siempre moderna.