12 marzo 2007

Archivando mis recuerdos


Si tuviera que elegir un sitio de esta ciudad sería con gran seguridad el que veis en la foto.
Es el Monasterio de Santa María de las Cuevas en la Cartuja.
Pasé un caluroso verano de galería en galería al cuidado de una exposición que se llamaba "Los excesos de la mente". Es verdad que era muy chula, pero a veces tenía la sensación de que se me iba la pinza con el rollo de perseguir tanto a los visitantes del museo.
Si bien el trabajo era una mierda, lo positivo es que me permitió descubrir este espacio desde sus entrañas. Me encantaba la hora de comer y bajar a ese inframundo que hay bajo los cimientos del antiguo monasterio.
Es extraño, pero nunca te abandonaba esa sensación de que en cualquier momento algo podía pasar.

La larga historia del Monasterio se remonta al S. XIII. Inicialmente fue un área muy rica en arcilla, por ello fue la zona predilecta de los alfareros (por estar situada en la márgen más fértil del Guadalquivir). Con la aparición -según cuenta la leyenda- de la Virgen de las Cuevas, una orden franciscana erigió una pequeña ermita para rendirle culto. Poco a poco fue creciendo hasta convertirse en el recinto que, más o menos, hoy conocemos.

Fue utilizado como convento, hospedería, centro de inteligencia en la planificación de los viajes a las Indias, fue el lugar en el que estuvieron depositados los restos de Colón treinta años...
No abandonaba su carácter religioso, pero sí que se mantenía como centro en torno al cual se producían muy diversos acontecimientos.
A comienzos del S. XIX, con la desamortización de Mendizábal, los cartujos fueron definitivamente exclaustrados y abandonaron definitivamente el recinto. Tras este abandono, el Marqués Charles Pickman se hizo con las instalaciones creando una fábrica de cerámica y loza, una de las más importantes que se han conocido. Incluso hoy día se habla de la cerámica de la cartuja, aunque ya haga tanto tiempo que perdió su esplendor. Exactamente en 1982 cerró definitivamente sus puertas.
1986 es el año en que la Junta de Andalucía se hace con el Monasterio. Inicia su restauración y acondicionamiento para lo que ya hace años es el CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo).
Aún se conservan los hornos de loza y cerámica que hacen que el entorno sea tan especial:


...tan especial como mágico...y en primavera más...