29 junio 2009

Los pies en la tierra, el alma en un festival.

Tengo una nueva cantante fetiche que me acompaña estos días: Amy MacDonald, que me ha acompañado en el coche durante más tiempo y he escuchado su último disco al derecho y al revés . Un último disco editado en 2007 y que, según parece, por estos lares ha explotado no hace tanto.

This is the life merece mucho la pena porque es que de esos discos que te acompañan durante un periodo de tu vida y cuando te da por mirar atrás, ejercen como de resumen de un montón de sensaciones. A mí me ha pasado; El mes de junio es sinónimo de Amy Mcdonald.

Mr Rock and Roll es una canción que crepita en tu oído, avanza sin descanso como sin descanso Amy va desgranando la letra. Cuando tienes la letra delante y te pones a leer piensas que es imposible que cante a esa velocidad sin tregua. Luego comprendes que el secreto de que te rindas en el primer asalto radica en eso, no te da tiempo a pensar: ya eres suyo.

This is the life pone título al disco y sorprende que un disco así sea firmado por una chica de apenas 20 años. Ya desde el principio está clara la profundidad que intenta abarcar la cantante "Esta es la vida", sólo falta añadir "Y así te la voy a contar".

Poison prince es uno de los trallazos más llamativos del disco. Además es el hit que salió en principio de este álbum y que alcanzó el número 1 en el Reino Unido en el momento de sus salida y que hizo que todas las miradas se posaran en Amy (muy a pesar de que para los medios lo más jugoso fuera el apellito Winehouse en ese momento). Además, por poco me da algo cuando descubrí que está dedicada a alguien que tiene mucho talento (dicen) y que me cae como el culo: Pete Doherty.

Youth of today fue una canción que, según ella, fue escrita cuando tenía 15 añitos. Con esa edad tuvo la madurez de poner en pie algo que irrita profundamente a cualquier adolescente. La gente adulta siempre alardea de cómo era la juventud en su época (su juventud).
A menudo se mira a los jóvenes (adolescentes) como una generación llena de taras y caracterizada por el número de despropósitos, equivocaciones y sinsentidos que las caracterizan. Cuando la adolescencia nos queda lejos, es fácil caer en la tentación de opinar sobre algo que no vivimos en el presente (y que queda lejos en el tiempo) y las más de las veces cnos olvidamos de que esas comparaciones quedan completamente descontextualizadas.

Podríamos decir que uno llega a poder considerarse adulto cuando habla de cómo era su adolescencia y la compara con la que se está viviendo en el momento de hablar. No sorprenderá que en esa comparación, el término que mejor parado sale es el de la adolescencia del que habla.
Mejores tiempos fueron los 60, o los 70 o los 80 o hasta los 90. Eso no es nuevo, pero sí reparo en algo. Indefectiblemente todos nos hemos quejado por esto, pero siempre hemos repetido el modelo (en mayor o menor medida) que tanto reprochamos a los más mayores cuando en su momento fuimos adolescentes.
No se trata de abrazar el positivismo y ser tan inconsciente como para decir que todo viajea inexorablemente hacia delante, pero sí ser más cauto a la hora de criticar y censurar y fijarnos en lo que aporta de novedoso. La canción de esta chiquilla me ha hecho pensar en esto.

Precisamente enlaza con la siguiente canción: Run, que trata sobre seguir adelante a pesar de todo, no cesar en el empeño. Soy cada día más consciente de que si supiéramos un buen día cuándo nos vamos a morir lo único de lo que nos arrepentiríamos es de no haber hecho ciertas cosas, y especialmente de que deberíamos haber hecho MÁS de TODO.

Let´s start a band es una declaración de intenciones que comienza como si se tratase de la música de los créditos de El bueno, el feo y el malo, sin Eastwood por ninguna parte porque minutos más tarde destroza toda la retahíla de peticiones para aclarar que todo empieza por romper con todo y crear una banda (como punto de inflexión para expresar todo lo que llevas dentro).

Pisa el acelerador con Barrowland ballroom, casi una cantina del oeste es lo que imaginamos con esta canción, que alude directamente a lo que es una sala de conciertos de Glasgow (su ciudad natal) por la que ha desfilado todo artista de renombre que se haya dignado a pisar la ciudad. Quizás un sueño (ya logrado) pero una referencia en una cantante con semejante potencial. Esta canción revoluciona el disco (y te hace pensar mucho en el hecho de que sea americana y no británica).

A pesar de todo esto, de que sea una chica con los pies en la tierra y un gran talento, todo el disco se ve envuelto por el halo de lo onírico, de los sueños y de los deseos...con una gran pasión: la vetnaja que te proporciona el ser tan joven y recorrer ya un camino tan largo. De ahí vamos a la siguiente consecuencia: todavía tienes mucho tiempo por delante. Sin embargo, atento:

I’m always told to be the dreamer kind
Wake up one morning and your dreams are life
Never let them bring you down
Never let them tear me down
I always thought that I would follow you
Every place and everything you do

But Im happy to be by myself

I don’t need no one else


Las últimas frases del estribillo rompen con ese tinte adolescente de sueños imposibles y prefiere gastar energías en ser ella misma (sola) pero conociendo y aceptando desde el principio las reglas del juego.

A wish for something more abunda en la misma idea y, de un modo distinto, avanza sobre el tema que vertebra el disco: la vida, las reglas, rebelarse contra ellas, estar solo, ser uno mismo.

Footballer´s wife te la dejo para ti.

...por ahora pienso que está aquí para quedarse. Veremos qué pasa...