25 junio 2007

¿Qué me pasa, doctor?

El cómic del momento se llama Psiconautas (Alberto Vázquez, 2006). Sí, sé que llego un poco tarde, pero no puedo resistirme a recomendarlo a todo aquel que tenga la osadía de leer estas líneas y le apezca acercarse a un mundo tan negro y opresivo como el que cobra sentido en estas páginas.
Es la historia de dos "amigos" y su respectivo deambular por el difícil momento de la infancia-adolescencia.

El primero es un niño (más bien un freak browniano) que quiere volar. Desde pequeño ha sido instruido por su padre "Birdman" para que entrene y lo intente cada día. Cuanto más mejore su técnica más cerca estará de su libertad. La ansiada libertad de "Birdboy" es volar y poder ir hacia donde quiera, lejos del pueblo, en donde todo el mundo lo tilda de raro, monstruo, mala influencia...para el resto.

Cuando muere su padre (a manos de las fuerzas de seguridad locales) "Birdboy" tiene que vivir solo y recurrir a antidepresivos y drogas desde muy pequeño. Es complicado para un niño de su edad resistir y seguir adelante cuando se tienen tantas carencias y miedos.

Por ello, en la escuela no deja de ser el bicho raro al que nadie quiere acercarse. Nadie excepto "Dinky", una ratona que tuvo una infancia ejemplar: buenas notas, amable y colaboradora con los amigos y compañeros, afectuosa con los padres, iba a la iglesia los domingos...hasta que su padre muere y su madre contrae matrimonio de nuevo con el único fin de no estar sola. El padrastro de "Dinky" es un híbrido de ratón y mapache que la única vía que ve para hacer que su hijastra vuelva al redil es leerle la cartilla diariamente y refregarle lo buen hijo que es su hermano, un perrito faldero -sí, un perro hermano de un ratón, ¿qué pasa?- que apenas habla y que va cubierto con una máscara de "warrior" mexicano.

Todo un cuadro de monstruos en tratamiendo depresivo al que recurre Vázquez para hablarnos de la soledad, de estados de ansiedad y demás carencias que todos padecemos en mayor o menor medida o de una u otra forma.

Tanto la ratoncita "Dinky" como "Birdboy" tienen algo en común, aparte de ser rechazados por el entorno, desean con todas sus fuerzas ESCAPAR. Poco a poco ven cómo esa serie de tentativas escapistas van teniendo sus frutos. Ven cerca la manera de largarse y dejar todo atrás...hasta que algo inesperado los frustra y los devuelve a la maldita realidad.

Una alegoría extrapolable a los tiempos y rachas que pueden correr para cada uno de nosotros en diferentes tramos de nuestra vida.

Un poco duro, pero necesario. El primer atractivo es la ilustración. Su portada está diseñada a base de cartulina de papel reciclado estriado, en mate y colores pastel. Las páginas no están numeradas y el texto es tan básico que la verdadera complejidad y efectividad de la obra estriba en la solvencia y maestría con que ha sido estructurada gráficamente.