17 enero 2007

¡David, cariño! ¿Quieres jugar con tu almohada?

ICE HAVEN es la última publicación del ya conocidísimo Daniel Clowes. Esta nueva entrega echa un vistazo por una pequeña población de los EE.UU. Un contexto hogareño, casi pueblerino, sirve de excusa para la disección (moral y psíquica) de los habitantes de un pequeño pueblo, que se manifiestan aparentemente afables y sin contradicciones. Cualidades que veremos cómo se van resquebrajando a medida que conozcamos Ice Haven.
Para darnos este paseo por tan entrañable localidad el autor se vale un buen surtido de personajes que serán los que hagan de hilo conductor en la presentación del lugar y sus gentes. No hay un narrador encargado de marcar el caríz de la narración ni mediatice la visión sobre las criaturas que el artista presenta. Están, hacen, actúan...en definitiva SON frente al receptor que lee e inspecciona lo que tiene delante. Una voz propia que caracteriza al personaje, para ser juzgado (en última instancia y sólo si procede) por el lector.

La nueva entrega de este creador se asemeja así a un bonito cuadro de costumbres, absolutamente americano, "idealizado" (¿?), pero dejando entrever de con gran sutileza cierta mala uva e ironía en el comportamiento de sus protagonistas. Lo interesante es lo fácil que resulta extrapolar lo que vemos en las viñetas a lo que vivimos en nuestro día a día.

Dos poetas locales (poeta y poetisa) enfrentados, una pija de la gran ciudad (Vida) con veleidades de escritora, un niño de entre 6 y 8 años que habla como un congresista de 52, un macarra abusón, un tal David Goldberg…y una galería de personajes de toda índole y pelaje que enriquecen constantemente una particularísima visión sobre esta fauna-collage que somos la sociedad y quienes, de alguna manera, la hacemos posible.
Eso es Ice Haven, una recreación un todo a través de algunas de las partes que lo configuran.

Las historias no siguen una linealidad temporal ni se dividen por capítulos perfectamente separados. Las historias comienzan, se desarrollan sucintamente y se detienen en un punto concreto; Una historia se interrumpe y continúa con la siguiente. El resultado es muy efectivo: a la par que concede simulteniedad a las acciones que se suceden, deja el devenir temporal en suspenso, como si fuera algo que realmente no importa para conocer a esos ejemplares que Clowes nos presenta.
Lo positivo que yo veo en este tipo de conexión y alternacia de situaciones es que encuentran un nexo común en el pueblo, Ice Haven, que en resumidas cuentas supone la razón de ser de lo que cuenta. A través del periplo de los personajes descubrimos el pasado remoto de Ice Haven, su fundación como pueblo, su monumento emblemático…

El cómic en cuestión ha sido valorado por los que saben de todo este asundo como uno de los mejores de 2006. Yo la veo como una obra absolutamente recomendable que se aleja de esa progresión argumental y pictográfica tan lineal de Ghost World o Daniel Boring. En esta ocasión hay más saltos debido a que el tiempo y su fluir no condicionan la historia (o al menos no son un elemento determinante). Por ello se podría conectar con la estructura de ¡Pussey!, pero sin un protagonista definido.

Espero que si no lo conoces, te atrevas. Verás cómo disfrutas...