17 enero 2007

Usted no es ciudadano americano

Repentinamente

En mi último viaje de vuelta a casa en esas –ya pasadas– fechas tan entrañables entré por casualidad en una tienda de la estación de trenes. En una caja de cartón se apilaban sin ningún orden numerosos deuvedés de calidad irregular.
Algunos eran realmente terribles, como los que contenían técnicas de relajación extraídas de la filosofía feng sui, algunos de western serie B, varios de Babe, el cerdito valiente…y entre esa pila de entrañables despojos asomaba una foto de Frank Sinatra en sus tiempos mozos. La película en cuestión es Repentinamente (también se encuentra como “De repente”, del original en inglés “Suddenly”).
Una tarde en la que no había mucho que hacer en casa me decidí a verla. Cierto es que por 1.95 € uno no puede esperar que lo que le hayan vendido sea gran cosa, pero ahí estaba yo, a solas con Franky interpretando a un bandido al que han contratado para matar al mismísimo Presidente de los EE.UU.

La historia se centra en un pueblo que se llama así: Repentinamente porque las cosas que en él antaño sucedían justo así, de repente. Un personaje comenta al respecto: “pero eso era antes, ahora estamos pensando en cambiarle el nombre porque todo sucede raras veces” —por ello barajan el cambio de nombre y sustituirlopor “raras veces” o “de cuando en cuando”. Lo que el personaje no sospecha es que la llegada de Sinatra y sus matones le devolverá el sentido a ese nombre.

Una enigmática llamada telefónica.
Una instantánea agitación.
Calma aparente.

En la estación de esta hermosa localidad va a parar el tren en el que viaja el Presidente, el cual se bajará y retomará su viaje en un coche oficial. Es sorprendente cómo se oculta la información a los habitantes del pueblo y pero sorprende aún más el cómo reaccionan cuando conocen la información: que el mismísimo presidente de la nación va a poner su lindo pié en esa tierra. Fluye entonces la vena yankee más patriótica.

Uno asiste a esa reacción muy muy natural para ellos. Creer firmemente en algo sin plantearse una duda o cuestión acerca de ello, pues eso sería un síntoma de desunión.
La llegada del presidente se toma en Repentinamente como un hecho realmente histórico y algo que, con el pasar de los días en el pequeño pueblo será rememorado.

Sin embargo, me da por pensar cómo se podría plantear una versión española del mismo tema. Sólo me viene a la mente ¡Bienvenido, Mr Marshall!, pero sólo por la implicación de todo el pueblo en un hecho concreto...

…¿Alguna sugerencia al respecto?