31 julio 2008

Diario de una Stripper

Diablo Cody es la guionista y en esta ocasión escritora de un relato biográfico a través del cual disecciona su paso por diversos clubes de striptease de la ciudad de Mineapolis. Una obra cuya temática poco tiene que ver con mis intereses, pero que cayó en mis manos por casualidad (curiosidad) y me hizo caer en la cuenta de que llevo bastante tiempo sin leer un libro que realmente me enganche. Hojeando las páginas del libro uno no se da cuenta del estilo del autor, pero es fácil reparar en el tono que se emplea en él. [Aún así estoy hablando de una técnica que no es nada recomendable para escoger libros (a veces es arriesgada y con frecuencia sale mal ;-)]

Diario de una Stripper disecciona una experiencia personal de un modo elegante, honesto y en ocasiones bastante inocente. Nos acercamos a la protagonista (la propia autora) que se acerca con miedos, pero sin cortapisas a una curiosidad imperiosa. En ocasiones se define como una persona torpe y poco experimentada, pero todos sabemos que los torpes son por definición bastante cobardes a la hora de liberar sus fantasías y en consecuencia raras veces llegan a materializarlas (y cuando esto sucede lo hacen de manera furtiva).

Afrontar la obra como una biografía en un sentido estricto es un error. Llega un momento en el que dejas de identificar a la protagonista con la autora...y ahí es donde viene lo grande: te envuelve con esa manera tan ágil, natural y verdadera de narrar. Importa el mensaje (si es que lo tiene) pero particularmente las formas.

Una de las razones por las que me ha encantado leer el relato de ese año de la vida de la autora es por la conexión generacional entre ambos. Además de las continuas referencias a música, cine y literatura que me resulta familiar. Todos estos paralelismos serían de lo más modernos si no fuera por lo oportuno del comentario y referencia que se da en la obra. Sirve para entender de un modo más preciso lo que está describiendo. Además confiere una actualidad imperturbable al relato. Obviamente su elemento en contra es que envejecerá con la autora y sus futuros lectores (si es que los hay) deberán hacer un duro ejercicio para extrapolarse al año 2004.

Diablo Cody creció en una familia acomodada, pasó por la universidad (y la terminó), ha escrito el guión de la película Juno, ha bebido de la modernidad que pueden proporcionar los clásicos, etc... Todo ello le ha proporcionado las armas suficientes para adentrarse en un espacio que conoce bien, delimitando su terreno de actuación (como lo hacen las strippers con la pasarela y la barra) para dejar patente que en ningún momento sienta cátedra, pero deja claro que es una persona, con unas inquietudes, muy buen gusto y las ideas muy claras.

Desde luego no estás ante la novela de tu vida, no te voy a engañar, no es esa gran obra, pero me asombra la manera en la que he devorado el libro, la curiosidad provocada y admiro su sagacidad a la hora de ordenar los hechos, acciones, sentimientos...dejando un sello indeleble con el que cualquiera (seguramente a años luz de su experiencia vital) se puede sentir sorprendentemente identificado.